viernes, 22 de enero de 2010

Etapa 2: de Viana a Ventosa

Al día siguiente hacemos honor a que somos peregrinos y nos levantamos tempranito. Creo que eran las 6:30 cuando sonó el despertador del móvil. Carmen cree que en su cama había chinches y que la habían picado pero bien. Dado el sarpullido que tenía, me lo creo. Tras abandonar el albergue privado, salimos de Viana dando esquinazo al Albergue Municipal y empezamos trayecto dirección Ventosa. El trayecto será separado de la carretera, entre huertas y campos de cultivo. Carmen se agacha y recoge unas gafas de niño pequeño en perfecto estado. Tras probárnoslas tanto Jesús como Carmen y yo, finalmente las llevaré puestas en la cabeza un buen rato.

Aunque no vayamos por la NA-1110, sí haremos camino por una carretera local, alternando entre asfalto y camino de grava de asfalto, dejando atrás la ermita de la Virgen de las Cuevas y topándonos con el puestecito de la famosa Señora Felisa (en adelante Felisa Abuela), lugar donde hacemos una pequeña parada. Para quien no lo sepa, Felisa Abuela era una señora que empezó a dar desayuno, aperitivo, comida y merienda a los peregrinos que fueran a Santiago sin pedir dinero a cambio. Recuerdo que me sonaba su nombre porque una vez vi en un reportaje en la tele que así era, todas las mañanas del año estaba su chozo abierto a los peregrinos, para descansar del tan duro viaje y tomar con ella algo calentido. Esta acción la tomaría quien en la actualidad y a sus cerca de 60 años está, su hija Felisa (en adelante Felisa Madre); a parte y según pudimos ver, la tradición la continuará Felisa, hija de Felisa Madre (valgan las redundancias. Para aclaración, tenemos a Felisa Abuela (en el lecho de Dios), Felisa madre (de unos 60 años y actual hospitalera), y Felisa Hija (de unos 35 años, futura hospitalera)).

A nosotros en concreto nos ofreció café y tostadas, nos hicimos unas fotografías con ella, hablamos de su madre y de la tradición, y de los turiperegrinos, jajaja. Realmente ¡¡los hay!! Nos pareció una mujer auténtica, de buena fe.

Bueno, en el Camino nos encontraremos con:
- Peregrinos: gente que hace el Camino de Santiago con el mochilote en la espalda,
- Turiperegrinos: gente que hace el Camino con una mochila muy ligera, del tamaño de una de colegio,
- Otros (ahora no me acuerdo del nombre que le dió): Gente que hace el camino sin cargar nada en la espalda. Sólo caminan, y llevan un coche de apoyo con el petate en él.

Jajaja, como nos pudimos reir. ¡¡Y es cierto lo que dice!! Los vimos tooooooda la etapa, jajaja.


Una vez nos despedimos, continuamos trayecto entrando en Logroño. Tras cruzar el río quedé con Matías en vernos en unos 30 minutos en un punto en concreto. Tiempo nos daba para ver un cláustro unos 100m antes de llegar al Albergue Municipal. Dejo unas fotos para disfrute:


Logroño estaba de festejos medievales. Como era por la mañana, lo estaban montando todo para dar espectáculo por la tarde. Dejo unas fotos para disfrute:


En el centro de Logroño, en pleno Camino de Santiago, quedaríamos con Matías y su mujer, desayunando con ellos y contando a Carmen y a Jesús cómo nos conocimos, lo dura que fue la etapa a Roncesvalles, lo bien que nos lo pasamos, lo mucho que disfrutamos de toda la gente con la que habíamos compartido camino, etc etc. Todo un detallazo por su parte fue regalarme una botella de vino, gastando la broma: "más peso para la espalda, pero no os preocupéis que esto lo gastamos rápido, jajaja". Al desayuno invité yo. Lo de la botella de vino fue todo un detallazo. No tenían por qué. No sé si volveré a coincidir con ellos en algún Camino, pero les deseo lo mejor cara al futuro. Son muy buena gente.

Una vez nos despedimos, continuamos atravesando la gran ciudad, para terminar saliendo por un parque entre viviendas de nueva construcción y habitadas, pisando el cesped lo máximo posible, cruzando la autovía por debajo, y continuando por un paraje asfaltado por el margen izquierdo de la autovía, separándonos poco a poco, viéndonos en un paseo hacia el Parque de la Grajera y la Barranca.


Es en este parque a la altura de las pasarelas de madera sobre el lago, donde nos cruzaríamos con una familia con un crío. A él le regalaríamos las gafas blancas de sol. Yo seguiría con las mías, jajaja, unas negras.

He de decir que me esperaba ir prácticamente sólos en el Camino. ¡¡Dios!! ¡¡Cuanta gente hace el Camino!! No estábamos en periodo vacacional español, pero sin embargo, sí íbamos adelantando y siendo adelantados por bastantes peregrinos extranjeros. Realmente, ¡¡el Camino es un negocio!!

"El Camino se hace al andar" pero nuestro camino estaba ya hecho, y ahí estaba el asfalto para recordárnoslo. Alternando entre ello y pistas de gravilla, cruzábamos La Rioja viendo a los laterales viñedos en periodo de floración. Pasaremos por el antiguo Hospital de Peregrinos San Juan de Acre, en estado de ruinas restauradas donde sólo podremos ver la planta del hospital, con unos inicios de muro de hasta 1 metro de altura, llegando a Navarrete.



En este pueblo nos encontraremos con múltiples desniveles marcados por el terreno, por tanto, múltiples cuestas pronunciadas, y se notará su fase de rehabilitación y restauración, despidiéndonos su cementerio. El camino por asfalto nos obligará a cambiar las botas por zapatillas de deporte, tras ser desviados varios kilómetros por unas obras en pleno Camino, donde nos damos cuenta que no cruzamos el pueblo que queda a un lado, pero sí cruzamos Bodegas de diferentes marcas de vino, más negocio.

En este tramo Navarrete-Ventosa hicimos bajo un calor insorportable mucho camino a escasos metros de la autovía. El calor sofocante, el desvío de kilómetros, el pasar por Bodegas de Vino de la zona, nos hace pensar que llegar a Ventosa se hace tortuoso, sofocante, dándole una lipotimia a Carmen. Creemos que hicimos más KM de los que teníamos en mente, es decir, más de 28km. A día de hoy y tras comprobar el kilometraje ahora mismo, decir que me equivoqué al pensar que habría 28km, dándome cuenta ahora de que había cerca de 32. Pido disculpas públicamente a mis compañeros de viaje, Carmen y Jesús, por este error mío, y a los lectores decir que lo que creemos que hicimos fueron en total más de 32km desvíos incluidos.

Llegar a Ventosa fue besar el cielo. Para desgracia de cualquier Peregrino, Ventosa sólo dispone de un albergue. Fuimos prácticamente suplicando que nos dejasen dormir en él dado que ya no habían camas disponibles. Solicitamos dormir en el suelo, no nos importaba. Simplemente no podíamos continuar. De agradecer fue que nos dejasen hacerlo, pero tenemos que agradecer a la Señora Felisa Madre que nos mandase recuerdos para la hospitalera, y dárselos, porque gracias a ello, la hospitalera nos atendió de mejores formas. A Carmen, que iba tocada de una pierna, la consiguió una cama. Jesús y yo dormiríamos en el suelo del comedor, yo sobre un colchón y Jesús sobre unas mantas, al no importarle dormir sobre ellas.

El Albergue es confortable, todo hay que decirlo.

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