martes, 2 de febrero de 2010

Etapa 3: de Burgos a Hornillos del Camino

En el Albergue dormimos bastante bien. Recuerdo que Alberto me dijo "Joe, como bufaba la señora eh?", jajajajajaja, y efectivamente, sus ronquidos retumbaban entre las dos paredes que separaban el espacio donde se había ubicado (digno de agradecer) y las 4 paredes del resto de la habitación. Esta mujer tuvo el detalle de meterse en una cama entre la salida y los baños, separada por dos paredes (pero sin puertas) del resto de peregrinos que allí pernoctábamos.

Empezaríamos el día en torno a las 8 de la mañana, diciendo adiós a la Catedral e incorporándonos por el margen izquierdo del Arlanzón (el río de Burgos), yendo por un paseo arbolado con leves indicios de la llegada del Otoño.

Huyendo de aceras y asfalto, dejamos la Gran Ciudad, y tomamos un camino de gravilla rodeado de campos de cultivo. Es tremendo el contraste existente entre las grandes ciudades y el campo. Realmente sales de un entorno densamente poblado al de un 'pueblo' directamente.

El campo no será lo que había visto en etapas anteriores. Debido al otoño, los campos no estarán en flor sino siendo arados o ya recolectados, marrones o amarillentos, apagados, secos... muertos.

El primer pueblo que aparecerá en nuestro Camino será Villalbilla, un pueblo de gentes entradas en edad (por lo que pudimos ver) muy hogareñas, simpáticas, muy de pueblo. Las viviendas estarán restauradas en torno a un macizo de piedra que será la Iglesia justo en el centro del pueblo. Aquí pararíamos a comprar en una carnicería algo de embutido y pan para comer más adelante. Recuerdo que la carnicería tenía ya a esas horas cola de señoras comprando la carne que iban a cocinar para ese día, y que el establecimiento contaba con 4 sillas para que los que hicieran cola se sentasen a esperar turno.

Dejaremos el pueblo continuando por carretera local asfaltada hasta llegar a Tardajos, siguiente pueblo de pequeñas dimensiones, pero bastante arreglado en sí. Una fuente moderna nos dará la bienvenida, de donde beberé agua. Creo recordar que el agua de las fuentes de los pueblos tiene agua potable no tratada. Sabiendo esto, beberé sin tapujos.

El pueblo contará con un arreglado entorno, numerosos edificios restaurados, y poca vida exterior. Saldremos del pueblo por una camino de gravilla dejando en el margen izquierdo una pequeña ermita, tomando la calle Camino de Santiago.

El miedo de Alberto a cierto tipo de animales hará que me descojone parte del trayecto, jajajaja. Continuando por el Camino de gravilla nos toparemos con un ascensor-teletransportador para pecadores. Aquellos que no quieran hacer Camino desde Saint Jean Pied de Port hasta este tramo, o desde este tramo hasta Santiago, podrán coger este moderno invento obteniendo el perdón divino igualmente. ¡¡Seguid soñando!! Nos pareció curiso encontrarnos ahí puesta la puerta del ascensor, jajajaja.

Dejo unas fotografías del Camino para disfrute:

De la fotografía anterior, en el margen izquierdo del puente yace una placa en memoria de un peregrino fallecido mientras realizaba el Camino a Santiago, dejando en ella recuerdo de su memoria.

En Hornillos pasaremos noche. Con los pies cansados y con ligeras molestias pero sin ampollas por culpa de tanto asfalto y terreno plano de gravilla, decidiremos pasar el resto del día de relax. El pueblo no cuenta con prácticamente nada salvo lo justo para el peregrino: Un albergue muy bie acondicionado con varias habitaciones grandes con unas 5 literas más o menos en cada una de ellas más una habitacion cocina-comedor muy bien equipada, y baños limpios. En el exterior, sólo un bar-restaurante lo suficientemente grande como para que la gente del Albergue tenga que hacer cola sólo lo justo a la hora de la comida por disponer de sólo 5 mesas para sentarnos (no son muchas, pero tampoco son pocas. Es lo justo para este pueblo), y una tienda muy bien pensada dado que juraría que nunca encontraré en ningún otro sitio tiendas donde te vendan productos por unidades, es decir, no te venden el bote de medio kilo de colacao, sino que te venden sobres de colacao. No te venden 250gr de cereales, sino que te venden los cereales que encuentras en los hoteles (unitarios), y lo mismo con el resto de productos, tanto envasados como fruta y hortalizas. Todo pensado en el único tipo de cliente que la tienda tendrá, el peregrino.

Dejo unas fotos del pueblo para disfrute:
















Decir que Hornillos cuenta con una enorme cruz de hierro en lo alto de una de sus colinas de la izquierda (se ve en la foto anterior). Me pondré como meta el ir a verla. Lo haré en solitario, con música cañera sonando en mis oídos, y una vez en lo alto, me marcaré unos bailes de hardstyle haciendo alusión a una meta conseguida, jaja.

A mi regreso al pueblo, Alberto se habría enterado de que hechaban fútbol en la tele, y dado que en el bar no había TV, algunos peregrinos habrían ido al pueblo de al lado a ver el partido. Alberto y yo fuimos también, pero a Hormaza, el pueblo del otro lado, jajajaja, a unos 3km de distancia. En el camino nos atacarían las moscas, que debido a que los terrenos de cultivo los estaban fertilizando precisamente en esas fechas, estarían todas allí tocándonos los pilindongos.

Cuando llegamos al pueblo, ni un alma había en sus calles. Tuvo que ser una familia que salía de su casa la que nos dijera que en Hormaza por no haber, no había ni bar, por lo que tuvimos que volver. Nos dijeron que para venir habíamos tomado el camino largo, por lo que nos dijeron como tomar el atajo, librándonos de un kilómetro de vuelta.

Una vez de regreso a Hornillos, nos sentamos en las escaleras de acceso a la Iglesia, junto con el resto de peregrinos que a sus pies descansaban. Aquí empezamos a tomar contacto con el grupo de personas que veríamos en adelante en nuestro Camino, la mayoría en paro.

1 comentario:

  1. El texto está muy bien, pero no se ve ninguna foto.

    Saludos y buen Camino

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