martes, 9 de febrero de 2010

Etapa 3: de Mansilla de las Mulas a León

El último día de esta aventura acaba de llegar. Hoy llegaremos a León, pero será mañana cuando volvamos a Madrid por contar mal los días al organizar este viaje. Por tanto nos ponemos en marcha; lo primero desayunar. Como estábamos prácticamente al final del pueblo y el único sitio abierto a tan tempranas horas era el sitio de las moscas, allí desayunamos. Vuelvo a decir que daba asco ver entre las tapas en las cámaras refrigeradoras que hay encima de la barra al número X de moscas rondando ahí dentro. Me hizo bastante gracia escuchar a la dueña del sitio (la cual era la camarera) hablar mal de sus clientes extranjeros, a los cuales les ofrecía dormir allí (debía de ser también algo de hostal) y éstos no querían desayunar en el bar, jajajajajajajaja, "qué raros son estos extranjeros" decía la mujera, jajajajajaja. Los únicos valientes éramos nosotros, jajajajaja. Lo dicho, el sitio no es malo y la comida tampoco. En época de mosca, hay moscas en todas partes.

Salimos del pueblo por asfalto, y así hasta León casi todo el camino. A los márgenes de la carretera N-120 dejaremos granjas de vacas. Es curioso como León puede tener tantas granjas (y estiercol) a escasos 20km del centro de la ciudad. Como dije al salir de Burgos, es increible el contraste existente entre la densidad de la Gran Ciudad, y directamente al salir de ella, el pueblo.

Así como en el Camino hacia Bercianos del Camino sólo vimos un coche en todo el día, en este tramo cambiarán las cosas. Estamos cerca de León, por lo que el movimiento por las carreteras cambia. En el Camino, pero sin llegar a León cruzaremos un polígono industrial y continuaremos el camino bajo el calor del sol por camino de gravilla dejando la N-120 en el margen izquierdo.

Veremos como León hace el amago de preocuparse por sus peregrinos, esfuerzos insuficientes al plantar palos (= árboles) en el trayecto para que nos den sombra, pero claro, ¿cuanta sombra propicia un palo? Tampoco estarán plantados en todo el camino, sólo durante unos 200 metros tras el polígono industrial.

Sin perder las marcas de vista, y desde luego tampoco el camino de gravilla haremos nuestro camino hacia León, pasando por detrás de varias urbes. Me dará la sensación de que el Camino de Santiago antes pasaba por delante de ellas, pero dada la modernización y el paso del tiempo, la economía y el tránsito rodado desplazarían el peregrinaje a un marco secundario, ese por el cual íbamos hacia León.

En dicho marco secundario y dado que la carretera principal no circula por Valdelafuente, nos encontraremos con el último pueblo antes de llegar a León, un pueblo propiamente dicho, pueblo, viviendas de dos alturas, con su fuente normal de pueblo en frente del ayuntamiento, cuya plaza a la que da frente se confunde con las calles del propio pueblo, y el pueblo en sí, vacío. Podríamos decir que podría ser cualquier pueblo de los anteriormente dichos, pero éste se encontraría a 4-5km de León.

"¡¡Ánimo chicos!! ¡¡Fijo que León ya cae tras aquella colina!!" Y bueno, más o menos algo de razón llevaba. Tras la que piensas es la última colina vendría otro polígono industrial, y tras este y en dirección a unas Antenas, nos desviaríamos por un camino entre los árboles y divisar León tras un descampado:

Emoción y alegría al ver la capital Castillo-Leonesa nos da fuerzas y ánimos para continuar. A León llegaremos sí, pero hasta la Catedral todavía nos quedará una hora de camino. Hasta allí cruzaremos una pequeña barriada que une el descampado con la Ciudad en sí, múltiples casas de clase media, el río, hasta chocar con un panel del Camino de información para peregrinos indicándonos que efectivamente, hemos llegado a León. Detrás de este estará el Mercadona. Dejo unas fotos para disfrute:



Ya en las calles de León, y con las piernas cansadas (anécdota del día) cruzo una vía principal y Alberto y Eli se quedan esperando dado que el semáforo se había puesto en intermitente, y ya no les daba tiempo a pasar. Mientras les espero en la otra acera a que se ponga el semáforo de nuevo en verde para peatones, me pongo a descansar las piernas una a una, jajaja, tal y como descansan los flamencos, jajaja, estando de pie sobre una única pierna (pero con la mochila en la espalda). Al girar la vista hacia mis compañeros, les encuentro descojonándose de la risa, la cual me contagian, jaja, y cambio de pierna, jajajaja.

¡¡Encontramos la muralla!! ¡¡Está en muy buen estado!! La catedral no anda lejos, pero en el Camino nos vamos encontrando con varias maravillas esculturales y arquitectónicas. Para nosotros era importante saber dónde estaba la Catedral porque nuestro hotel estaría cerca. Dejo unas fotos para disfrute:

Hoy sería un día feliz tanto para nosotros por haber llegado a destino, como para las dos parejas que se casaban, y a las cuales pudimos gritar "¡¡Viva los novios!!"

Por otro lado, hoy sería un día especial para mi, dado que estaba en la ciudad en la que nació mi madre, y conocería a parte de la familia, incluyendo a un primo segundo al que nunca había visto, y el cuál me hará un recorrido turístico alucinante por la ciudad mientras mis compañeros descansan en el hotel. Cualquiera podría pensar que trabaja de guía turístico por sus enormes conocimientos sobre la ciudad, el arte, la arquitectura y la historia, pero no. A mi sinceramente me dejó alucinado. Y a él le debo parte de las fotos que os voy a dejar para disfrute, empezando por la casa donde nació mi madre, y la tienda que había en sus bajos, negocio familiar:

Y una vez fuera de la Catedral, yendo por detrás de ella:

Una vez de vuelta, le comenté a mi Primo que por la noche saldríamos, por si tuviera interés en apuntarse, y ahí lo dejamos (sí quedamos. Él iba muy bien, yo rozando el pedo, jajaja, el garrafón mezclado con los no sé cuantos vinitos, afectan).

Ya por la noche, lo raro era no encontrarse con peregrinos por el Camino, pero lo cierto es que León sigue viva de noche. Sus calles del Barrio Húmedo se ponen hasta arriba, sería como un Huertas en Madrid, donde el rollo es ir de tapeo (te dan una buena tapa con tu vinito, o con tu consumición), y la gente va al buen rollo. Nosotros cenamos así, vinito en mano y tenedor con parte de tapa en la otra. ¡¡Ahhh!! Y las tapas no son unas aceitunitas, como en Madrid, ¿eh? Las tapas eran hasta de 5 variedades distintas, pero muy muy buenas y curraditas.

Me despido de la noche, y de la gente con la que compartí camino con esta foto, donde aparecen los dos hermanos catalanes, el argentino, Tania, Eli, Alberto y yo:

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